“… La tercera vez ya salió la mitad de la cabecita, así que pujé levemente y salió todo el cuerpo, que recibí con mis manos. Rodrigo se acercó, Uma se acercó, la Vaca, nuestra perra, también se acercó.
El cordón umbilical le daba la vuelta del hombrito a la caderita y Rodrigo lo desenredó. Eran las 3.53 am.
Envolvimos con toallas al bebé o la bebé, y es que ¡no habíamos puesto atención ! La desenvolvimos y descubrimos que, en contra de la mayoría de los pronósticos, era una niña. La llevé al pecho, lloró y chupó enseguida. Todos estábamos felices, llorosos, impactados.
Llamamos a los vecinos que subieron después de haber estado al pendiente toda la noche. Brindamos y nos felicitamos.
Las contracciones siguieron durante 2 horas pero mucho más espaciadas, cada 10-15 minutos, hasta que nació la placenta. Anudamos el ombligo y después de un baño, fuimos todos a descansar en compañía de Sun, unos kilos de puritito amor.”
Así el nacimiento de Sun en casa, con Rodrigo, Uma y la Vaca, en nuestra casita de la costa nayarita, contenidas por la familia y por una hermosa comunidad.
Esta experiencia me dejó el corazón siempre agradecido así como el compromiso de compartirla y de hacer todo posible para que cada vez más mujeres y bebés vivamos embarazos, partos y cuarentenas libres, armónicos y saludables.
26.febrero.2018 | @Luz Herrera
foto del veci @Benjamín Ramaugé