Procedimientos inadecuados, cesáreas innecesarias y una amplia gama de tipos de violencia obstétrica, que van desde la desinformación hasta la agresión directa, son parte de un sistema médico que, literalmente, tiende a dominarnos.
Gracias a lo que he vivido y a lo que me han compartido, me queda claro que la maternidad es uno de los aspectos de la naturaleza humana más violentados, en la actualidad con una normalización nunca antes vista y con consecuencias evidentes en diversos niveles de nuestra existencia, como individuos y como humanidad.
Por eso es tiempo de hacer las cosas de otras formas, más armónicas, más amorosas, y siempre libres.
Luz Herrera