Eso lo descubrí una noche antes de que naciera. Mi pareja y yo habíamos decidido parir en un hospital con «parto humanizado». ¿Será que existe tal cosa? Lo decidimos porque nuestra casa estaba en San Pancho y nuestra familia en DF. Quería tener a mi tribu cerca. Yo quería ser la primer mujer de mi familia en varias generaciones en tener un parto natural. A mi familia le parecía una locura. Era jueves y yo había comenzado contracciones desde el martes. Me sentía muy sola, cansada, desesperada. Mi mamá acostumbrada a las cesáreas estaba muy asustada y yo tenía que lidiar con ambos sustos. Yo necesitaba que me dijeran que era normal, que no estaba sola, que me tomara mi tiempo. Cerca de las 12 de la noche del jueves mi pareja y yo vimos que se aceleraban las contracciones si bailábamos. Prendimos velas, pusimos música, nos abrazamos, besamos, bailábamos. Y ella venía. Las contracciones comenzaron a hacerse más fuertes y regulares.
A las 4 de la mañana fuimos al hospital. Se llevaron a Daniel a llenar papeles. La atmósfera creada se rompió. Una regadera con agua helada; comencé a temblar, de frío, en el cuerpo, en el alma, de miedo, de esfuerzo, de incertidumbre; y no paró hasta después de que naciera ella. No pude dilatar más. El miedo era muy grande. El frío. Nunca nadie me habló de cómo era. No se habla de nacer. No se habla de morir.
Fue cesárea. Me acostaron para llevarme al quirófano y el dolor fue insoportable. Ir entre pasillos gritando de dolor, semidesnuda, sangrando con las entrañas expuestas a todos los doctores, enfermeros, camilleros. Daniel lloró al ver cómo removían mi carne para sacarla. Al fin, inundada de cansancio y soledad vi sus ojos negros como dos soles. Me rompí en mil pedazos. Me había roto muchas veces pero nunca de esta manera. Ella hace que cada grieta se llene de luz, de flores y plantas. Sabina quería nacer bailando… su alegría intacta, inmensa, nos hace querer bailar todos los días.
Gisela García 
Gracias también Daniel Meza Junco
Es tan importante conocer estas historias para poder ir transformándolas. 
