El círculo de mujeres es uno de los espacios espirituales, físicos y sociales más fuertes que conozco, un corazón siempre abierto.
Las fotos (Jillian) son de la bendición que recibimos unos días antes del parto de nuestra segunda hija: una delicia de apapachos, un ritual de amor y de empoderamiento para mamá, bebé y familia en esos momentos tan intensos.
Gracias a mis hijas, a mi madre, a mis ancestras y a mis hermanas del alma por estar ahí, cerquita.
Gracias a mi compañero, a mi padre, a mis ancestros y a mis hermanos por esta danza dual en proceso de sanación, en continua evolución.
Luz Herrera